lunes, 5 de marzo de 2012

LA FAUNA DEL SUPER

Este artículo es original, está escrito por mí y no lo he copiado de ningún sitio. Son mis reflexiones sobre esta vida surrealista que nos ha tocado vivir.

El estudio antropológico que se puede hacer yendo al supermercado es de un valor incalculable.

El niño Atila: Esta fiera suele ir montada en el carro, como si fuera un producto más del supermercado, aunque dado su parecido con un cochinillo me parece mas que razonable, siempre pienso que a lo mejor lo ha cogido alguien de una estantería sin darse cuenta. Bueno, este niño coge todo lo que pilla a su alcance y zas! De un guantazo adentro para el carro. Dos cajas de galletas, tres paquetes de compresas, pumba! Un cartón de leche, unos guantes de fregar, pa´ dentro! Y la madre, resignada, saca que te saca todo lo que mete el angelito, que cuando se aburre abre un yogur y se lo empieza comer tranquilamente, mientras la madre hace como que lo ignora. 

El jubilado (Mujer): Nunca lleva las gafas, mira que te mira los precios y nunca ve nada, y entonces te asalta : Oye maja, cuanto vale este aceite, y le dices, son 2.50€ y es un desatascador. Ya la has liado. Que si hay que ver, que si el aceite estaba antes allí la última vez que fue, que si el envase es el mismo, que si mira tu que si lo echa a las lentejas, que ahora es viuda, pero que antes a su Manolo le ponía unas lentejas riquísimas, y tiene dos nietos, que la adoran, pero están muy ocupados pese a llevar 4 años en el paro y no la pueden acompañar al super…No hay escapatoria, lo mejor que se puede hacer cuando se ve a una jubilada sin gafas es huir como si hubieras visto una cobra.  O una viuda negra, que se le parece más. 



El jubilado(Hombre): Este si que lleva las gafas, papel y boli, mira, remira, compara y vuelve a comparar los precios. Hasta los apunta, e insatisfecho cambia de sección rápidamente cuando se da cuenta de que en Carrefour el papel higiénico está un céntimo mas barato y total, sólo está a media hora andando. Luego va a la pescadería, que hay que coger ticket, pero él no quiere coger ticket. Delante suyo hay un ama de casa con tres niños Atila, un oficinista que acaba de salir del trabajo y una pareja de 35años, pero el jubilado dice a voz en grito: Es que yo tengo mucha prisa!!! 



El despilfarro masculino: Mira que los hay, unos derrochones, que van al super y no miran los precios, y que les gusta la cerveza, y hala, cervezas de marca, San Miguel, con lo buena que está la de Eroski, que me han dicho a mí que la hacen los de San Miguel y es la misma. Y el marido echa que te echa y la mujer se va poniendo verde por momentos, sin poder aguantar ese dispendio. 


El despilfarro femenino: Esto se ve a la legua cuando la pareja va a pagar, él lleva la cartera, y lleva el dinero, y cuando la cajera dice son 80 euros pone cara de contrariedad, mira a la parienta que pone cara como de “tenemos que comer tres veces al día y limpiarnos el culo, es un capricho que tenemos”. En esto saca el billete, se resiste, y de mala gana se lo da a la cajera, que hace 10 minutos que espera.




1 comentario:

  1. Jajaja... Menudos especímenes k nos juntamos en ek hiper. Sólo faltan los birrochones k desesperados de no jamarse un rosco en la disco, encuentran el amor eterno entre los bricks de leche.
    K lo k ha unido la lactosa no lo separe la travel.

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