COCINAR NO ES UN ARTE, ES UNA FORMA DE QUITAR EL HAMBRE Parte I

Vaya por delante mi admiración y respeto por todo el mundo que sabe cocinar, ya sea un huevo frito o una tortilla de patata en condiciones. Yo soy completamente incapaz y me admira cuaqluiera que pueda cocinar algo mínimamente comestible.

Pero de ahí a que la cocina sea un arte, pues no. Hay una legión de cocinillas, cocineros, snobs, modernos gastronómicos y repipis en general que veneran a Adriá y a Arzak como si del mismísimo Mesías se tratara. Y por ahí no paso.

Porque las obras maestras del arte, son irrepetibles y sólo se pueden igualar por otro artista. Dalí contra Picasso,  El Bosco o los bisontes de Altamira. Pero eso no es comparable a un bacalao al pil-pil, por mucho que lo haya hecho Argiñano

Yo creo que cualquiera puede estar a la altura de los grandes cocineros.

Podríamos hacer un concurso, yo misma contra Adriá  en una cocina maravillosa en Marina D´Or y televisado por Tele 5. Adriá con sus secuaces, sus tubos de ensayo, humus, humos, suspiros de sirena de Cádiz, aires volátiles con sueños de espárragos trigueros de Valladolid, líquenes de toffe de amaretto, torniquetes, anguilas bravas de riachuelo en Primavera marinadas con musgo de Laponia escabechado y espuma de golondrina con biodiésel. Y yo enfrente, con una barra de pan y un buen jamón de Jabugo. Como estamos en la tele, abro el pan con una katana del periodo Kamakura, zis zas, y acto seguido cojo unas pinzas de Alessi, con boca de piraña y cuerpo de grapadora para separar las lonchas del jamón armoniosamente. Cada vez que cojo una la miro al trasluz, olisqueo vehemente el aroma del tocino y recito un padrenuestro al revés con los ojos en blanco. Apilo cuatro lonchas y cierro el bocadillo. Y ahora qué Sr. Adriá, podrá igualar mi plato, pero de verdad cree que se puede superar un buen bocadillo de jamón?.