jueves, 20 de septiembre de 2012

PESTILLOS, PICAPORTES, CERRADURAS Y KISKETES

Hemos decidido en el post anterior, que el hombre no evoluciona (o muy poco), y en este vamos a corroborarlo. 
El hombre ha logrado ir a la Luna, hacer una video conferencia con Tailandia, desarrollar materiales ignífugos, impermeables y horteras, construir edificios de doscientos pisos, inventar pinzas de depilar con luz incorporada, bragas desechables, coches eléctricos, robots de cocina que preparan las lentejas de tu madre en 30 segundos, desodorantes sin parabenos, lavadoras que lavan, secan y te dan el tiempo, rosarios electrónicos con la voz del Papa, móviles ultraplanos, televisión por cable, pomadas para las almorranas y huevos sin colesterol. 
Pero todavía tenemos pendiente un reto que desafía el intelecto humano y la sapiencia universal: Los cerrojos.
Os invito a que pongais en práctica lo comentado en este blog y cada vez que vayais a un bar o baño público observeis detenidamente ese artefacto llamado cerrojo, pestillo o kiskete.

Los hay de varios tipos, y ninguno funciona. Comentemos uno de los más habituales.
Este modelo tiene un claro problema, que a la hora de instalarlo hay que medir y poner a la misma altura las dos partes del aparato, porque si no, la barrita no entra. Debe ser que la gente no sólo anda escasa de cintas métricas, sino también de gafas, porque nunca se pone bien. O más arriba o más abajo, o cada parte de un cerrojo diferente y la barra por mucho que empujas y empujas no entra donde debería. Muchas veces me he encontrado con una de las partes arrancada, y te preguntas si antes que tú ha entrado en el baño la Señora de La Masa y en un ataque de furia, al ver la inutilidad del invento lo ha quitado de cuajo.

Y también tenemos el de la ruedita.
Que se necesita ser Sansón para hacer girar la rueda y que funcione el mecanismo. Cuando logras que gire y la barrita no encaja en el otro extremo nos encontramos ante la situación conocida como "rizar el rizo".

 Y qué me decís del "cerrojo manecilla", que nunca queda lo suficientemente justo y se cae para abajo, justo en el momento menos indicado (esto es, en el baño de un centro comercial, que además no tiene colgador para dejar las compras , está todo el suelo meado y estás en cuchillas intentando hacer lo tuyo con las bragas por las rodillas, las bolsas sujetas entre los dientes y el bolso haciendo equilibrios sobre el porta-rollos de papel higiénico).

En la Antigua Roma se conocía como Ars Clostraria el arte de la cerrajería. Y el ars del picaporte, el pestillo y la cerradura simple o kiskete?. No ha llegado a nuestros días?


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