sábado, 15 de septiembre de 2012

PARA ATRÁS, COMO LOS CANGREJOS

Si ya lo decía Umberto Eco, en ese estupendo libro que recogía sus artículos y ensayos. Que vamos hacia atrás, como los cangrejos. Que después de que Marconi descubriese las ondas, décadas después nosotros alabamos como lo más de lo más a la televisión con cable. Sí, con cable. Cables y cables por toda la casa, que ahora tenemos tres teles. Y esto no parece una casa high tech, sino un almacén de residuos de la Nasa.

Y ahora lo viejo es lo nuevo, y lo más nuevo es lo viejo, que anteriormente fue olvidado, deshechado y vilipendiado. A la pregunta de, qué hay de nuevo, Viejo?. Sólo podemos contestar, pues lo viejo, Viejo.




Reconozco que Lush es una marca de cosmética que me gusta. Pero sus mascarillas me parecen una tomadura de pelo. Por ejemplo, Piel de Angel. Te compras un tarrito por unos 9€ y viene dentro una especie de pasta granulosa. Y qué tenemos que hacer con este engrudo?. Mezclarlo con agua (por supuesto no emulsiona ni de broma) y darnos la pasta resultante en el jeto todas las mañanas. Hace décadas que tenemos exfoliantes, peelings, máscaras y cataplasmas perfectamente formuladas para poder ser usadas directamente del frasco. Pero esta no, esta nos lleva  a la Edad Media. Gran novedad.
Modo de empleo: Tienes que coger un poco del engrudo, tamaño avellana (yo recomiendo tamaño mandarina, para que se gaste antes). Lo mezclas en la mano con agua. Pero no se mezcla. Se deshace, el agua te chorrea, el engrudo se hace migas, si estás en la ducha te cae en los pies y te lo deja todo perdido. Lo que te quede en la mano, en caso de que te quede algo, a la cara. Y lo espachurras bien contra los mofletes y la nariz. Y se sigue deshaciendo y cayendo sobre tus pies (será mascarilla podal?). Y le echas más agua, y ya no te queda engrudo. Te acabas frotando la cara con agua, y dale y dale, mientras te caen gotas grisáceas por el escote. Qué cosa más moderna esto de mezclar tu misma la mascarilla, tal y como hacia tu tatarabuela. Advertencia: Cuidado al salir de la ducha, que te patinas y lo mismo te rompes la cadera.




Y esto es sólo un ejemplo, pero hay miles hoy en día. A cada cual menos práctico: Máscara de pestañas sólidas, eyeliner sólido que te lo untas tu misma (si tienes la suerte de que no esté más duro que una piedra),tenacillas para hacer ricitos y ondas a lo Shirley Temple, móviles con internet  que navegan a gran velocidad (pena que en las pantallas liliputienses te tengas de despistojar para ver algo) y por supuesto la televisión con cable. 
Si Marconi levantara la cabeza!

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